Como, vuelo y me acelero

¿Prestas atención a la manera en la que comes? El acto de comer no es sólo elegir alimentos integrales  y nutritivos.
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Tal vez lo sabes todo acerca de comida sana: sabes cómo combinar carbohidratos con proteínas; dónde encontrar los ingredientes más frescos y orgánicos de la ciudad; te sabes todas las recetas del recetario órganico-macrobiótico-vegetariano de la abuela Toñita; e, incluso, conoces los mejores restaurantes de la ciudad. Pero ¿has observado alguna vez la manera en la que comes? El acto de comer no es sólo elegir alimentos integrales  y nutritivos, el acto de comer incluye disfrutarlos, digerirlos y asimilarlos, y no todos lo hacemos de la mejor manera.  Si alguna vez te has pillado en alguna de las siguientes  situaciones a la hora de la comida ¡OJO!  Es hora de que cambiar de hábitos.

Te sorprendes porque la comida de tu plato desaparece en un dos por tres sin darte cuenta y no tienes ninguna compañía a tu alrededor; y sí, tu perro está amarrado mirándote con ojos de borrego para que le des un pedacito de tu guarnición. Seguramente te has distraído por estar al pendiente de las redes sociales,el ordenador, la televisión, el teléfono, etc. Estar al pendiente de varias actividades al mismo tiempo hace difícil poner atención a lo que llevas a tu boca, tu cerebro no recibe al 100% la señal de que ya ha comido, y la sensación de saciedad no llega.

Tiemblas igual o más que tu gelatina cuando pones el bocado en tu boca. Tu adrenalina está a tope, estás como una moto y no puedes desconectar de las actividades anteriores. Cuando estamos bajo los efectos del estrés nuestro organismo se encuentra en un estado acelerado y si no respiras profundo el cerebro dice: «Corro vuelo y me acelero, me lo como todo y si me lo como entero mejor». Comer con ansiedad produce que respiremos con la boca abierta y, por consiguiente, favorece la entrada de aire al aparato digestivo, lo que ocasiona malestares estomacales, gases o distención abdominal. Además, antes de que llegue la señal de saciedad al cerebro, somos técnicamente un barril sin fondo y nos puede entrar hasta un mamut en el estómago -lamento decirte que en cuanto llegue esa señal al cerebro, quien se convertirá en un mamut eres tú, pero un mamut con cólicos-.

Sientes que se te atora el  pedazo de pan en la laringe y que -cual enamorado a su dulcinea- el pedazo de queso se ha quedado adherido a tu esófago y para poder respirar necesitas das un trago a tu bebida. Claro, sin masticar, todo va directo a tu estómago, ¡digestión express! y ¡boom!, ¡qué dolor! Acéptalo, comes como aspiradora porque tienes  cosas más importantes que hacer: una reunión con tu súper jefe, te quieres salir ya de fiesta con los amigos, te van a cerrar el banco… Ingerir alimentos demasiado rápido produce atragantamiento y al no masticar bien la comida, la digestión se convierte más pesada y lenta.

Si te encuentras distraído, estresado o ansioso, por más que elijas el alimento más saludable del planeta, no obtendrás los mismos beneficios si lo comes despacio y conscientemente. Entre cada mordisco nos llevamos nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestra ansiedad y nuestras evasiones y dejamos del lado el momento de nutrirnos, de desconectar, de disfrutar, de sentirnos felices y satisfechos. Por esto, antes de meter una tarascada a tus próximos escasos pero nutritivos alimentos, es mejor que recuerdes estos sabios consejos para evitar problemas digestivos:

  • Haz de tu momento de comida un ritual. Siempre en el mismo horario, dándote unos minutos para hacer únicamente esa actividad. La alimentación es una actividad que requiere la atención de todos nuestros sentidos.
  • Busca tu espacio. Un sitio tranquilo donde comer,  a solas o rodeado de compañía y conversaciones amenas, en donde desconectes de tus labores diarias.
  • Sabemos que puedes vivir desconectado unos minutos. Apaga la televisión, deja en silencio el móvil, deja a un lado los libros y periódicos.
  • Disfruta las cosas buenas de la vida.  Observa el color de la comida, siente su textura, disfruta su olor, su sabor.
  • ¡Siéntete una piraña! Mastica el alimento de 30 a 40 veces.
  • Momento zen. Haz un respiro entre cada bocado, de ser posible, suelta los cubiertos y céntrate en el momento, en el aquí y el ahora.

Yo fui a BioCultura ¿y tú?

La feria más grande de productos ecológicos y consumo responsable de España.

logo(c) Biocultura

Este fin de semana se organizó en la ciudad de Madrid BioCultura, una conocida feria de productos ecológicos y consumo responsable que se lleva a cabo cada año en diferentes puntos de España. Y yo, como buena curiosa del mundo eco, me acerqué para pasar la tarde del sábado a probar muestras de comida vegetariana, hacer una mini-compra de verdura ecológica y probar alguna terapia de relajación.

Monica Ávila, coordinadora social del entro de atención médica integral  Ser integral, Salud Integrativa, y encargada de los programas de formación sobre auto-cuidado y mantenimiento de la salud, explicaba que la gente se preocupa cada vez más por su salud y que una de las formas básicas de cuidarla es consumiendo alimentos órganicos y naturales, debido a que aportan gran calidad nutricional.  No me extraña que el pabellón 9 del recinto ferial de IFEMA estuviera a reventar, cada día somos más las personas que nos preocupa la salud y el bienestar.

Stand del expositor Macabeo 

Después de conversar con Mónica, me puse a curiosear por los stands de organizaciones y terapias alternativas y me dio por probar, por primera vez y totalmente gratis, una sesión de Reiki, una técnica japonesa de transferencia de energía positiva por imposición de las manos que me dejó relajadísima. A esas horas, la cosquillita en el estómago empezaba a hacer eco y a gorogorear sin reparo, así que me acerqué a la zona de alimentación a probar todas las novedades que llamaran mi atención. Este año, además de mis verduras ecológicas, me llevé a casa un pack de tres hamburguesitas vegetales de algas, champiñones y hortalizas variadas; y  seitán rebozado, un tipo bistek vegetal hecho a base de gluten. Pero definitivamente la novedad que más llamó mi antención entre los stands de alimentación, por su exquisita textura y su exótica mezcla de sabores, fue un tofu marinado con curry y mango marca Taifun (2,55 €). Estaba delicioso.

Las hamburguesitas vegetales, el seitán y el tofu son alimetos que te hacen la vida fácil en esos días que no tienes tiempo de cocinar. A mi me gusta tener en el refrigerador algunas hamburguestias vegetales y tofus marinados para esos días que no tengo tiempo de nada. Llego a casa, caliento rápido en el sartén y ya están listos para comer. Se pueden acompañar con ensaladas, sopas o guisos de verduras o incluso si tengo más tiempo hasta puedo hacer un guiso con alguno de ellos.

Tofu orgánico Taifún

Talleres de cocina sana y verduras ecológicas

La alimentación biológica es el sector más importante que promociona esta feria, pero además, entre sus stands se pueden encontrar otro tipo de productos ecológicos como: cosméticos, filtros de agua, productos reciclables, medicinas y terapias alternativas; música, libros y revistas;  institutos y organizaciones que se dedican a la salud integral, desarrollo sostenible, paz o desarrollo espiritual. Además, se imparten talleres y conferencias educativos sobre consumo responsable, salud integral, cocina sana, etc.

«Biocultura es una feria donde el visitante encuentra opción para otras formas de ver y de entender el mundo: otras maneras de alimentarnos, de sanarnos, de construir, de vivir,de educar» señala equipo de organización BioCultura en su carta de presentación del dosier de actividades de la feria 2013.

¡A trabajar con ganas!

Aprovecha los días de acuerdo a tu nivel de energía.

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Los martes, miércoles y jueves tu energía está en lo más alto, tu capacidad mental abierta y receptiva. Aprovecha este caudal de energía para realizar las tareas más desafiantes en tu trabajo. Dirige tu atención a solucionar los problemas más difíciles, a hacer reportes «ladrillo» o invierte tu tiempo en negociaciones y discusiones estratégicas. Los lunes procura planear tu semana y los viernes dedícate a hacer tareas que requieran menos esfuerzo como organizar tu correo.

¡No puedo dormir!

Algunas curiosidades que debes tomar en cuenta cuando no puedes cerrar el ojo.
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Es una de esas noches largas  en la que uno no consigue pegar el párpado, te pasan mil pensamientos por la cabeza y no te puedes relajar.

Ya lo decía mi abuelita:»Mijita, tómate un vaso de leche caliente antes de dormir, verás como te relaja». Sí, sí, ¡seguro!, yo me lo tomaba y me relajaba completita, ¡ahh pero que cólicos toda la noche! ¿Porqué esta contradicción?

Lo cierto es que la leche de vaca contiene triptófano, un aminoácido que facilita que el cuerpo absorba un neurotransmisor llamado serotonina, el cuál, además de ayudarnos a subir el estado de ánimo durante del día, nos  invita a relajarnos y por la noche se convierte en melatonina, una hormona que ayuda a  mantener nuestro reloj interno en forma y a conciliar el sueño.

¿Pero porqué tanto cólico? ¡Cada vez que tomo leche por la noche vuelan las sábanas! Resulta que la mayoría de las personas no digieren la leche de vaca correctamente. Puedes sustituirlo por leche de avena o almendras e incluir en tu día a día alimentos ricos en triptófano.

Hacer deporte con regularidad , actividades relajantes como yoga o ejercicios de respiración ayudarán bastante a que puedas relajarte por las noches. Cena temprano y no olvides apagar la televisión o cualquier dispositivo móvil un par de horas antes de dormir. Las luces que estos aparatos emiten hacen que nuestro cerebro siga activo aunque el cuerpo esté muy cansado. Necesitamos obscuridad para una relajación total.

Alimentos altos en triptófano son:

**Origen vegetal

Plátano
Productos de soya: leche de soya, tofu, bayas de soja.
Granos integrales
Frijoles
Arroz
Humus
Lentejas
Avellanas, cacahuetes
Huevo
Semillas de sésamo, girasol, calabaza

**Origen animal

Mariscos
Pavo
Pollo
Queso
Pescado
Leche (cuidado con las intolerancias)